Equipo de investigadores e investigadoras liderados por el Dr. Francisco Remonsellez, busca aprovechar las propiedades de estos microorganismos para recuperar litio y otros elementos de valor.
En el árido corazón del desierto de Atacama, un equipo multidisciplinario de científicos de la Universidad Católica del Norte, en colaboración con investigadores de la Universidad Andrés Bello y la Universidad de Chile, está desentrañando los secretos de diminutos organismos que podrían cambiar la manera reciclar elementos críticos desde baterías en desuso.
Se trata de microbios extremófilos que habitan en los salares, y son capaces de sobrevivir en condiciones inimaginables para los humanos: altas concentraciones de sal, radiación solar intensa, temperaturas extremas, entre otras.
Pero ¿qué tienen que ver estas bacterias con el reciclaje y la tecnología? Mucho más de lo que se podría imaginar. El proyecto Talackutur Lithium Bio-R, liderado por el Dr. Francisco Remonsellez, director del Doctorado en Ingeniería Sustentable de la Universidad Católica del Norte, busca aprovechar las propiedades de estos microbios para recuperar litio y otros elementos clave, desde baterías de litio en desuso.
El Dr. Remonsellez explica que este avance podría revolucionar la forma en que gestionamos los residuos electrónicos, y reducir la presión en la extracción de recursos minerales sobre los frágiles y únicos ecosistemas como los salares: “el equipo ha descubierto que estas bacterias no solo sobreviven en ambientes extremos, sino que tienen la capacidad de trabajar como bioprocesadores naturales”.
Sostiene que “utilizan procesos como la biolixiviación, bioadsorción y bioprecipitación para extraer litio, cobalto y otros metales valiosos de las baterías en desuso. En términos simples, estas bacterias “se comen” los residuos y liberan elementos reutilizables”. Agrega, además, que “el litio es fundamental para la transición hacia la energía limpia, pero su extracción tiene un alto costo ambiental, por ello el valor de este trabajo”, explica.
“Nuestro enfoque biotecnológico no solo es más sostenible, sino que también podría representar una oportunidad para transformar residuos en nuevos recursos. Un círculo virtuoso para la sostenibilidad”, señala.
Formación de capital humano avanzado en UCN
El proyecto Talackutur Lithium Bio-R no solo busca innovar en el ámbito científico, sino también formar capital humano avanzado con un fuerte enfoque regional y multidisciplinario. En él participan estudiantes de los programas de Doctorado en Ingeniería Sustentable y Doctorado en Ciencias mención Geología, ambos de la UCN, quienes aportan sus conocimientos a distintas áreas clave del proyecto.
Es el caso de Amanda Suárez, estudiante del Programa de Doctorado en Ingeniería Sustentable (PDIS), quien explica parte de su trabajo: “mi investigación se centra en desarrollar un proceso de biolixiviación en dos etapas, utilizando un cultivo mixto de microorganismos oxidantes de hierro y azufre”. Agrega que el objetivo es maximizar la recuperación de litio y cobalto desde baterías en desuso, transformando residuos electrónicos en recursos valiosos.
Amanda enfatiza en que “este enfoque no solo reduce la presión sobre la extracción de recursos primarios en ecosistemas frágiles como los salares, sino que también aborda desafíos sociales, como las desigualdades en el acceso a los recursos y las tensiones geopolíticas. Lo que más me inspira es cómo este proyecto integra ciencia y tecnología para promover una economía circular más equitativa y sostenible”, destaca.
Asimismo, Mauricio Medina, estudiante del Doctorado en Ciencias mención Geología, señala que “para mí, este proyecto es una oportunidad increíble para combinar mis conocimientos en hidrogeología con la microbiología. Mi investigación busca correlacionar las comunidades microbianas con los procesos hidrogeológicos de sistemas salinos. Es fascinante ver cómo los microorganismos pueden influir en estos sistemas a nivel local y regional”.
Recalca además que “trabajar en un equipo tan diverso me ha permitido aprender de otras disciplinas y enriquecer mi perspectiva científica. Esta experiencia me motiva a explorar nuevas formas de colaboración multidisciplinaria en el futuro”.
A juicio del Dr. Remonsellez, estos testimonios “reflejan cómo Talackutur Lithium Bio-R conecta disciplinas y fomenta la formación de investigadores comprometidos con la sostenibilidad, abordando retos complejos desde múltiples perspectivas”. Y añade, además, que “es una oportunidad para que jóvenes científicos y científicas exploren nuevas formas de abordar problemas complejos a través de la colaboración y el aprendizaje mutuo. “Queremos inspirar a las nuevas generaciones a ver en la ciencia y la tecnología una forma de resolver los desafíos del futuro”, destaca. El Proyecto
El nombre “Talackutur”, que significa “juntar o agrupar”, refleja el espíritu del proyecto: reunir conocimientos, científicos de diversas disciplinas esfuerzos y tecnologías para un objetivo común. Desde los salares de Gorbea y Huasco hasta los laboratorios de la Universidad Católica del Norte, la Universidad de Chile y la Universidad Andrés Bello, instituciones que también forman parte de la investigación, estos microbios están marcando el camino hacia una economía circular con procesos más amigables con el medio ambiente.
Esa es la importancia del proyecto “en un mundo donde cada año se generan 50 millones de toneladas de residuos electrónicos, de los cuales menos del 20% se recicla, iniciativas como ésta son más necesarias que nunca. La combinación de biotecnología, ciencia ambiental y colaboración humana puede ser la clave para un futuro más limpio y sostenible”, resalta el Dr. Remonsellez.
Por ello, la próxima vez que piensen en baterías desechadas o veas un paisaje desértico, recuerda: en los lugares más extremos y menos conocidos, la ciencia está trabajando silenciosamente para avanzar en un desarrollo más sostenible. Un llamado a la acción, por eso desde ahora, si tienes baterías viejas en casa, no las tires.
Proyectos como Talackutur Lithium Bio-R nos recuerdan que incluso los residuos más pequeños pueden tener un impacto positivo si los tratamos de manera adecuada. La sostenibilidad empieza con nuestras decisiones diarias, y cada pequeño paso cuenta para crear un mundo mejor.